Inició la temporada de huracanes y hay que tomar todas las medidas de protección
No tengo duda que la lluvia es una bendición, pero cuando cae en exceso puede ocasionar deslaves, inundaciones y cuantiosos daños, entonces si la temporada ya llegó por la presencia de los huracanes, todos los alcaldes debieran adelantarse en hacer la limpieza de los drenes, las alcantarillas y abrir el paso a esos escurrimientos que están por llegar.
En el estado de Oaxaca el paso del huracán Ágatha, hasta el momento, de acuerdo a las declaraciones del gobernador Alejandro Murat, son 11 personas muertas y 33 continúan desaparecidas, entre ellas algunos niños.
En algunas escenas que se vieron en los canales de televisión se pudo ver la gente que, a pesar del fuerte viento, continuaban en la calle expuestas a todo, arriesgando su vida, no obstante que las autoridades recomendaron mantenerse protegidas.
El tema es fuerte y difícil porque contra la madre naturaleza es poco lo que se puede hacer, pero si ya existe un protocolo para enfrentar estos fenómenos naturales, se deben obedecer esas indicaciones y evitar exponerse a perder la vida.
En el estado de Veracruz solo fueron lluvias las que se tuvieron en el sur, como ya se tenía previsto, pero apenas estamos comenzando la temporada de huracanes.
De acuerdo a la coordinadora nacional de protección civil, Laura Velázquez Alzúa, la temporada inició el 15 de mayo y contemplaba que el pasado huracán, si se hubiera formado en el Atlántico habría tenido el nombre de Alex, pero como se formó en el Pacífico le pusieron Ágatha y la misma funcionaria destacó que se considera que podrían ser entre 30 y 40 ciclones los que nos impacten este año.
Pero volviendo con las recomendaciones de las oficinas de Protección Civil y los trabajos de los ayuntamientos ambos se deben coordinar con los otros niveles como jefes de manzana, para vigilar que las atarjeas no estén tapadas y llegado el caso, invitar voluntarios a evitar esos encharcamientos que finalmente provocan en daño en nuestras casas o negocios.
Solo es cuestión de voluntad y de hacer una faena comunitaria, como se sigue haciendo en la zona rural, donde todos aportan su mano de obra para estar en mejores condiciones de vida. Más claro ni el agua.